C.H. Spurgeon: TÚ lo has dicho
9 mayo 2010 Deja un comentario
Haz conforme a lo que has dicho
Las promesas de Dios nunca fueron destinadas a ser puestas de lado como papel viejo. Dios determinó que se usaran. El oro de Dios no es la moneda del avaro, sino es oro acuñado para negociar. Nada place más al Señor que ver sus promesas puestas en circulación. Él se goza cuando ve que sus hijos le presentan las promesas y le dicen: «Haz conforme a lo que has dicho». Glorificamos a Dios al solicitarle el cumplimiento de sus promesas. ¿Piensas que Dios será más pobre por darte las riquezas que prometió; menos santo por darte santidad, o menos puro por lavarte de tus pecados? Él ha dicho: «Venid luego y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser cual blanca lana». La fe, al echar mano de la promesa de perdón, no se entretiene diciendo: «Es ésta una preciosa promesa: quisiera saber si es verdadera», sino que va directo al trono y la presenta diciendo: «Señor, aquí está la promesa, haz conforme has dicho». El Señor contesta «Sea hecho contigo como quieres». Cuando un cristiano halla una promesa, si no la lleva a Dios, lo deshonra; pero si corre al trono de la gracia y clama: «Señor, no tengo nada que me recomiende, excepto esto: ‹Tú lo has dicho›», entonces lo que desea le será concedido. Nuestro banquero celestial se deleita en pagar sus propios pagarés. Nunca permitas que la promesa se enmohezca. Desenvaina la palabra de promesa y esgrímela con santa violencia. No pienses que el Señor se fastidiará porque le recuerdes importunamente sus promesas. A Él le agrada oir los fuertes gritos de almas necesitadas, y dar bendiciones. Está más pronto a oir que tú a pedir. El sol no se cansa de alumbrar ni la fuente de fluir. Es característica de Dios mantener sus promesas. Ve en seguida al trono y di: «Haz conforme a lo que has dicho».
Charles Haddon Spurgeon
Lecturas Matutinas. Editorial CLIE. (C) 2007